30 de mayo de 2016

¿Por qué?

Esa es la pregunta que me hago cada vez que me planteo volver a escribir acá. Se que no cumplí con mi deber de viernes, pero fui al estadio y después a degustar un rico asado y bueno, no pintaba ponerme a escribir, más que nada porque las estadísticas del blog son pésimas: la inmensa mayoría de las últimas entradas no supera las 15 visitas, la última al día de la fecha solo tiene 2. Y yo me pregunto: ¿Por qué seguir escribiendo?

Y la respuesta es fácil: porque quiero evitar mis quehaceres y deberes relacionados con la vida. No quiero convertir esto en un diario intimo porque los machos no hacemos eso y además se supone que era grupal esto por más que sólo yo vengo escribiendo, lo cual podría llegar a explicar la baja audiencia. Nunca tuve esa gran habilidad de llegarle a la gente, no al menos personalmente.

Además está bueno esto de tener donde practicar la redacción, ya que desde que estudio ingeniería todo se ha convertido en símbolos y números que poco me hacen ejercitar esta habilidad. Intento leer más, sea lo que sea, desde libros hasta otros blogs, creo que eso colabora a eliminar las faltas de ortografía (no uso corrector, de verdad que no), hasta a mejorar la capacidad de expresar ideas, aunque en persona siga siendo un tartamudo fallido cuando llega la hora de ir a los bifes y expresar correctamente mis ideas.

Me siento un poco estúpido escribiendo acá siendo que nadie lo lee, o 2 personas, es como que ahora se me pintara dejar la compu y me fuera hasta la plaza a hablar al aire, ni siquiera a mi mismo. Al menos se que voy a tener esto como respaldo en el futuro para entrar por si me surge la duda de qué era lo que me pasaba o que estaba viviendo a mis 19.

Los veo la próxima que tenga ganas de escribir, lo cual probablemente sea la semana que viene, intentaré seguir el ritmo, lo prometo.

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