Luego de caminar durante varios minutos en linea recta por el camino estrecho delimitado por gruesos arboles empezamos a sentir este olor muy característico, no es un olor que se sienta en todos lados, es como ácido y amargo, bastante desagradable y difícil de describir. En ese momento yo ya estaba bastante preocupado, no solo estaba pasando algo muy raro sino que parecía empeorar con el tiempo y este olor parecía ser de algo muerto, fue en ese momento que a nuestra derecha vemos esta pila de carne, de tripas todas amontonadas a los pies de un árbol.
Eran las 18:14 y hace dias que no vemos al misterioso roedor, probablemente se fue espantado por la chica de la manta blanca. La herida de Rodrigo está cada vez peor y me preocupa que no mejore, pero no quiero llenar mi cabeza de malos pensamientos así que prosigo con la cocina, los ratones no saben tan mal como parece, además después de pasar mas de un mes comiendo insectos un ratón es como un manjar. Saco la carne del fuego y comemos en silencio mientras admiramos las dos berenjenas que tanto nos costaron conseguir y que sabemos que esos desafíos fueron nada en comparación a los tres que faltan, pero no pensamos en eso, es preferible ser positivo porque es lo único que puede mantenernos enfocados en los objetivos.
Nos acercamos y el olor ya era insoportable, no lo puedo evitar y vomito las tostadas que había comido antes de irme a dormir la siesta, Rodrigo siempre fue de estomago fuerte así que empieza a revolver entre las tripas esperando encontrar algo que sirva, o que no sirva, pero encontrar algo, y en eso saca un cubo de metal. Ya asumimos, luego de estar aproximadamente dos horas intentándolo, que el cubo no se va a abrir, lo guardamos en la mochila y seguimos caminando por este camino recto en este denso bosque..
Son las 20:32 y nos acostamos a dormir entre las ramas, parece temprano pero con las panzas llenas de rica carne de rata y luego de todo el trabajo que pasamos durante el día estamos agotados. Siempre me cuesta dormirme en este bosque, los pensamientos del mundo normal me invaden, pero me enfoco en pensar en los planes para mañana y se me pasa, todo negro, me dormí.
Rodrigo me despierta de un golpe, son las 8:58 y me dice que no estamos solos, agarra la mochila con las dos berenjenas y me dice que corramos para el sur, que tenemos que salir de ahí, le pido que me explique que es lo que está pasando y cuando menos lo espero, todo negro.
Continuará.

Es una obra de arte esto
ResponderEliminarY después a mi me acusan de sufrir esquizofrenia?
ResponderEliminaruna obra de arte... no todo el mundo tiene internet desde el psiquiatra...congrats
ResponderEliminar